Tan pronto como terminé con mis compromisos folclóricos, léase romería zaragozana del Rocío y clausura de la anual Feria de Andalucía en su XXVI edición, en los que participé tocando la caña rociera y cantando, bueno, desentonando, descansé lo justo para cumplir con otro pendiente, visitar al subalterno zaragozano Cesar Urdaniz en la habitación 418 de la Clínica Quirón, en que D. Carlos Valcarreres le había dado alojamiento por unos días.
Le encontré dolorido aunque con la moral elevada pensando ya en una pronta recuperación que le permita perderse cuantas menos fechas, mejor. El sábado supe que ya estaba en casa. Repasamos lo sucedido, la fea cornada que le propinó el de Sobral y su consciencia de que ello podía suceder. Pese a todo quiso poner en práctica el valor, ese que se les supone a los toreros y con el que pagan tributo a su profesionalidad.
Junto a él, su esposa e hijo recién nacido, todo un becerro como él le llama. A los pies de la cama, Santiago Gómez el eterno profesor de la Escuela del Carmen, el matador, Ricardo Torres y quien les habla. Salió a colación la buena tarde de Miguel Cuartero pero también el merito de esa cuadrilla tan aragonesa que formaron el buen varilarguero Diego Ochoa, la sobriedad y colocación Roberto Bermejo y el buen hacer del otro subalterno Carlos Esteban, que para colmo se ha confeccionado a su gusto y con su ingenio la montera que utilizaba.
Nadie pensaba en ese momento en un triste e inusual acontecimiento que sucedería por la tarde en las Ventas, Julio Aparicio, el que con una breve pero artística faena, el día de la confirmación puso aquella plaza patas abajo, repetía o empeoraba, si cabe, su presencia en el ciclo isidril, saliendo abroncado las dos tardes y siendo objeto de las iras de los maleducados que le arrojaron almohadillas, tirando a dar.
Broncas sonoras en ambas faenas y en sus dos tardes, motivaron adoptar una situación de valentía pese a todo, poniendo fin a la miseria, a una temporada y quién sabe si a más, pidiéndole al Fandi que le cortase el añadido en presencia del extremeño Perera que se encuentra en un momento extraordinario. Matadores o subalternos saben cuál es su profesión, el estado de forma que deben tener para cumplir con dos compromisos en la primera plaza del mundo y si no estás placeado, ni en buena forma física lo mejor es dejar tu puesto a otros que tanto lo ansían.
Pero no todo son desdichas, Teruel nos ha dado todo un hermoso ejemplo a la hora de elegir el cartel con el que se anunciarán las próximas Ferias del Ángel. A mi particularmente el escogido, que lleva por título “Teruel con T de Toro” me parece muy acertado, taurino y colorista, mostrando símbolos representativos de estas fiestas, como son el toro, el ruedo y el color rojo del pañuelo.
Aprender, siempre hay que aprender, ahora de la empresa de la plaza de aquella Capital que desde este mes organizará visitas gratuitas, guiadas por los alumnos de la Escuela Taller de Información y Desarrollo Turístico. El recorrido mostrará los corrales, el patio de cuadrillas, los toriles, la capilla, los palcos, la enfermería y para finalizar el ruedo. Se incluye en el mismo la visita el Museo de la Vaquilla en el que se expone todo lo coleccionado del mundo del toro, de sus figuras, historia de la laza y de la fiesta de la Vaquilla. Con independencia de ello, se celebrarán festejos por la Escuela de Toreo. La intención no es otra que el coso permanezca abierto el máximo tiempo posible.
Que cunda el ejemplo señor Empresario de la Misericordia.